terça-feira, 18 de outubro de 2011

um almocito à Provinciana...




T para o Tinto
Pêndulo Beirão  (há vários e são de fabrico caseiro)


Depois de muita conversa sobre ginjinhas de Óbidos,  de Alcobaça,  caseiras (do Tio Manecas, da Serra da Estrela)... foi uma Sem Rival - a da casa e do Eduardino. Há quem componha o estômago com uma antes do almocito e outra a seguir, a acompanhar a bica com cheirinho.


vista para a rua


segunda-feira - Arroz de Cabidela
terça-feira - Chanfana
quarta-feira - vai variando (Feijoada, Dobrada...)
quinta-feira - Cozido à Portuguesa
sexta-feira - Bacalhau à Minhota
Sábado - Caldeirada de Bacalhau

Choquinhos grelhados
10/10/2011

segunda-feira, 17 de outubro de 2011

concertina, seixos e conchas (vieiras)



A concertina, tal como o acordeão, possui palhetas livres que são postas a vibrar pela acção de um fole que fica entre os seus dois teclados de botões. O teclado da mão direita produz as notas e o teclado da mão esquerda produz os acordes e baixos de acompanhamento. Quando o executante pressiona um botão, produz uma nota se abrir o fole e outra nota diferente se o fechar. Como acontece com o acordeão, o órgão de boca asiático está na sua origem. A concertina, de grande difusão pelo país, é principalmente utilizada no Minho, Beira Baixa, Beira Litoral, Ribatejo e Estremadura.





A utilização de seixos na música é uma tradição do Minho e que também pode ser observada em Arronches, no Alto Alentejo. Os habitantes da vila de Arronches apanham as já famosas pedrinhas nas ribeiras circundantes e utilizam-nas como castanholas.





As conchas (Vieiras) são frequentemente usadas como uma espécie de reco-reco. O executante raspa as estrias de uma concha contra as estrias da outra. As vieiras são utilizadas no Minho e em Trás-os-Montes onde são chamadas ferranholas.

Manuscritos em hebraico, árabe e aljamiado



Las bibliotecas del CSIC digitalizan sus manuscritos antiguos para facilitar su acceso a los investigadores 
  • El portal Manuscript@CSIC presenta colecciones de textos en hebreo, árabe y aljamiado 
  • El conjunto de obras abarca un amplio espacio de tiempo, con documentos que datan de los siglos XIII al XX
Las bibliotecas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través de su Unidad de Recursos de Información Científica para la Investigación, han digitalizado su fondo de manuscritos en hebreo, árabe y aljamiado, la escritura en caracteres árabes de las lenguas romances del al‐Andalus tardío, para facilitar su consulta y estudio. El catálogo de documentos, que abarca obras desde el siglo XIII al XX, se encuentra disponible en el portal de internet Manuscript@CSIC.

“El objetivo principal del proyecto es ofrecer a los investigadores un acceso a estos documentos para que puedan estudiarlos y traducirlos, ya que la mayoría de los manuscritos  de la colección digitalizada está sin editar ni traducir”, explica la investigadora del CSIC Maria Teresa Ortega‐Monasterio, del Centro de Ciencias Humanas y Sociales.

Los documentos disponibles en el portal son de naturaleza muy diversa: contratos matrimoniales en hebreo, tratados de magia y sortilegios, libros religiosos o bendiciones de nacimiento, entre otros. “Entre los manuscritos que hemos digitalizado podemos destacar, por ejemplo, un tratado de agricultura árabe con ilustraciones fechado en Almería en 1348. Esta copia es la única de las tres que se conservan en todo el mundo que recoge las notas marginales del original, además, se trata del último tratado de agricultura conocido en al‐Andalus”, explica Ortega.

Pergamino y papel
En pergamino o en papel, en ocasiones con filigrana, la mayoría de los manuscritos son originarios de al‐Andalus y tienen en común la letra magrebí o hebrea sefardí. “Los documentos más importantes suelen presentar algún tipo de decoración, como ocurre con los Coranes, sobre todo al comienzo del libro o al inicio de los capítulos”, comenta la investigadora del CSIC. Las ilustraciones suelen estar realizadas mediante las técnicas de iluminación y decoración medievales, con tintas de color y dorados, formando motivos florales o geométricos.

Uno de los libros decorados es el Tafsir del Mancebo de Arévalo, un compendio de materias religiosas musulmanas datado en el siglo XVI y escrito en aljamiado, para que los moriscos aragoneses no perdieran las nociones elementales de sus prácticas religiosas. Este texto, escrito en caracteres árabes, cuenta también con una versión de audio donde el lector puede escuchar un fragmento en castellano antiguo.

Completa ficha bibliográfica 
Todos los documentos digitalizados de Manuscript@CSIC van acompañados de una completa ficha bibliográfica con más de 20 campos donde se especifica, siempre que se puede, el título, autor, año, procedencia, tipo de escritura, cuadernos, materiales empleados, decoraciones, contenidos, bibliografía y todos aquellos datos que puedan ser relevantes. “Todo lo necesario para que el visitante de la página, investigador, bibliotecario o simple lector, sepa con qué se va a encontrar cuando lo abra”, concluye Ortega‐Monasterio.

AQUI

**************************************************************************

| Manuscritos en árabe y aljamí
Una biblioteca científica del siglo XIII en la red

Rosa M. Tristán | Madrid
Actualizado miércoles 12/10/2011 12:49 horas

Hace ocho siglos que los árabes fueron expulsados de la península, pero hay aún parte del legado cultural y científico que dejaron que aún se esconde en manuscritos pendientes de una investigación profunda. Con el objetivo de facilitar ese trabajo, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha digitalizado los manuscritos orientales que guarda en sus bibliotecas, escritos en hebreo, árabe y aljamiado, es decir, la escritura en caracteres árabes de las lenguas romances del al‐Andalus tardío, para facilitar su consulta y estudio.

En total, se han puesto en internet, en la web Manuscript@CSIC, 148 documentos, obras de entre los siglos XIII al XX que se guardan en dos biblitecas: la de la Escuela de Estudios Árabes de Granada y la de Tomás Navarro Tomás (Centro de Ciencias Humanas y Sociales).

La investigadora del CSIC Maria Teresa Ortega‐Monasterio, del Centro de Ciencias Humanas y Sociales, ha sido la responsable de este proyecto, cuyo objetivo, según explica, es que los investigadores de todo el país puedan estudiar y traducir estos manuscritos, que versan de asuntos tan dispares como tratados de magia y sortilegios, textos religiosos contratos matrimoniales o documentos agrícolas.

Ortega-Monasterio destaca el especial valor de alguno de estos documentos, como por ejemplo un tratado de agricultura árabe con ilustraciones, datado en Almería en 1348. No sólo es el último tratado agrícola que se conoce de Al-Andalus, sino que es la única copia de las tres que se conservan en el mundo en la que se pueden leer notas marginales.
Restauración de los documentos

Muchos de los manusctritos, tanto en pergamino como en papel, han tenido que ser restaurados en el Instituto de Patrimonio Cultural para que su imagen en la web sea de calidad. De hecho, algunos continúan aún en ese proceso y se irán incorporando al portal a medida que los expertos acaben el trabajo.

Casi todos los manuscritos tienen hermosas filigranas. Suelen ser ilustraciones con decoración medieval, con tintas doradas y de colores, sobre todo los Coranes, que tienen motivos florales o geométricos en cada uno de los capítulos, pero también otros textos religiosos, como el Tafsil del Mancebo de Arévalo, un texto en aljamiado del siglo XVI y en el que se recuerdan a los moriscos las prácticas religiosas musulmanas.

Ortega-Monasterio menciona que son mayoría los que proceden del siglo XIII, justo antes de que los árabes fueran expulsados. Los hebreos, sin embargo, son de los siglos XVIII y XIX, casi todos contratos matrimoniales.

En la web, los textos están catalogados y subdividos por idioma (hebreo, árabe, persa y aljamiado) y por su biblioteca de origen. Se acompañan, cuando se puede, de una ficha biliográfica con más de 20 campos: el título, autor, año, procedencia, tipo de escritura, cuadernos, materiales empleados, decoraciones, contenidos, bibliografía, etcétera.

La investigadora destaca la importancia de este acceso libre a los documentos. "Ahora muchas instituciones están digitalizando sus fondos, y es muy positivo para que puedan ser estudiados. Esperamos que haya mucha gente interesada en trabajar sobre este material", concluye.

Aqui 
Aqui 



Arabismo.com
[ La web sobre la lengua árabe y el Islam ]

domingo, 9 de outubro de 2011

moinho, água, vento...





julho, 2011

aguardente...




cozido de grão e abóbora (Portimão)


Ingredientes:
Para 6 pessoas

7,5 dl de grão ;
250 g de toucinho ;
500 g de carne de carneiro ou de vaca ;
1 chouriço de carne (linguiça) ;
500 g de feijão verde ;
1 talhado grande de frade (abóbora moganga) ou de abóbora de casca de pau ;
600 g de batata redonda (batata comum) ;
sal ;
arroz ;
hortelã

Confecção:
Tem-se o grão bem demolhado de véspera e esfrega-se com sal numa cortiça para lhe retirar a pele. Introduzem-se os grãos assim arranjados em água fria, juntamente com o toucinho, a carne e o chouriço. Deixa-se cozer.
Estando tudo cozido, introduz-se na panela o feijão verde inteiro e atado aos molhos, o frade aos cubos e a batata descascada.
Quando o cozido estiver pronto, retira-se o caldo para a sopa e para o arroz solto, que deverá acompanhar o cozido.
A sopa obtém-se juntando ao caldo massinha miúda e uns raminhos de hortelã postos já no prato.

A carne de carneiro deve ser temperada com sal, de véspera.
A abóbora de casca de pau é uma variedade local. Não se descasca, indo para a mesa cortada em bocados com 10 a 12 centímetros.
Há quem demolhe o grão com uma barbatana de bacalhau salgado. Nesse caso já não se esfrega com sal. Há também quem prefira introduzir o grão em água a ferver para o cozer.

as voltas do linho...




favas guisadas à algarvia...

Ingredientes:
Para 4 pessoas
800 grs de favas (descascadas) ;
150 grs de chouriço preto (morcela) ;
150 grs de chouriço vermelho ;
2 dentes de alho ;
1 quarto de dl de azeite ;
150 grs de toucinho entremeado fresco ;
1 molho de coentros, rama de alho e de cebola Confecção:

Descasque as favas. Lave em água fria e escorra num passador.
Leve um tacho ao lume. Adicione um pouco de água, junte as favas e coza cerca de 8 minutos.
Escorra as favas e retire-as do tacho. Descasque os dentes de alho e pique fino.
Corte o chouriço preto e o vermelho às rodelas e o toucinho em fatias pequenas.
Leve novamente o tacho ao lume, depois de lavado e limpo. Deite o azeite e deixe aquecer. Junte o alho e deixe alourar, sem queimar. Em seguida, junte as favas e um pouco de água. Tape e deixe cozinhar.
À parte, numa frigideira frite as carnes. Junte às favas que estão a cozinhar e mexa envolvendo as carnes com favas. Deixe apurar.
Polvilhe com coentros, ramas de alho e de cebola picadas.

Conselho: No caso de não ter favas frescas, use congeladas. Utilize chouriços do tipo caseiro. Se utilizar chouriços do tipo industrial, deverá ter o cuidado de retirar a pele.
fonte: Região de Turismo do Algarve

quarta-feira, 17 de agosto de 2011

Romaria da Senhora Aparecida - Balugães/Barcelos

imagens de Nossa Senhora Aparecida e de João Mudo

raminho de alfádega (mangericão de folha larga ou alfavaca)

Romaria da Senhora de Assedasse - Assedasse/Manteigas

fotografia: Jorge Barros

Nossa Senhora do Monte - Funchal







Nossa Senhora do Monte - Funchal

Antigo descante popular da Festa de Nossa Senhora do Monte

Que lindo olhos vieram
Hoje a esta romaria:
Cada dois com seu derriço,
Cada dois com companhia.

Se são lindos os do campo,
Os de cá matam de amor:
'Tou vendo uns que tir' o «fôlego»
Ao primeiro cantador.

O dono desta viola
Faz do charamba um trovão,
Mas nam m'assusta q'os raios
Caem-lhe ao pé do bordão.

O trovão 'inda o mais rijo
Nam é que o há-de abrasar:
O perigo está nos coriscos
Que a moça tem no olhar.
E junto àquela parede
Ai, Senhora Santa Bárbara,
Estão eles a fuzilar.



domingo, 7 de agosto de 2011

A Moura do Poço



Alentejo profundo, planicie extensa, charneca silenciosa e lugubre.
 A’ beira de um caminho ha perto de Extremoz, na aldeia historica de Santa Victoria do Ameixial, um poço de alto bordo e de fundo negro.
 Perto do poço ficam as ruinas de uma herdade antiga, que os Romanos por alli fizeram e engrandeceram.
*
 Ha quanto tempo lhe chamarão a este o Poço da Moura?
*
 Aquellas ruinas foram de Mouros, — diz-se. Quem sabe se os Mouros, ao invadir a terra, se apoderaram da herdade romana? Quem sabe se, uma vez senhores de ella, a destruiram depois, quando de ella foram desapossados!
 Fosse como fosse, a Moura do Poço para alli ficou presa no encanto.
 De dia ninguern a vê. A agua vem por vezes até a base da bocca do poço. Outras vezes, aguas baixas, echôa lá dentro o ruido dc fóra. E’ a Moura a chorar a desgraça de se vêr só.
 De noite, a pobre encarcerada sae. Ouve-se então o barulho arrastado e frio de uma corrente de ferro. A Moura está presa ao poço por uma corrente pesada, para que não fuja e o seu martyrio seja ali.
 Então chora. Passa a eternidade do encanto a chorar, como a fonte que corre sem parar. Chora e suspira.
*
 Uma noite passava no caminho um homem. ia só. Eram deshoras e a noite estava escura. Perto do poço corre de inverno um rego de agua, e o caminho galga-o em um viaducto. Passava o homem nesse lugar, quando ouviu chorar álguem, que entremeava os soluços com suspiros. Pareceram-lhe indicios de mulher.
 — Quem está ahi? — preguntou elle.
 Ninguem lhe respondia. Parou. Firmou a vista, e suppôs avistar, junto do poço, em um bloco de marmore a servir-lhe de assento, o vulto gentil de uma mulher vestida, de branco.
 — Quem está para ahi? — interrogou elle de novo, por ver que o choro continuava.
 Resolveu-se por fim a descer do caminho para o campo marginal, onde estava o poço, e que era mais baixo que o nivel do caminho. Desceu em direcção do poço. Mas o vulto ergueu-se silenciosamente, como nevoazita branca e leve a desprender-se da terra, ao nascer o dia, e ele ouviu o arrastar frio e irregular de corrente de ferro pelo chão secco.
 — Quem está ahí? — preguntou elle ainda.
 O vulto branco desappareceu. A corrente batia com força maior de chocalhar de ferros, de encontro á pedra. Chegado ao pé do poço, o homem não viu por onde o vulto da mulher se escondêra. Approximou-se mais e debruçou-se do bordo alto do poço a olhar para dentro.
 O suspiro mais sentido e profundo, mais chorado e sentido, ouviu o elle naquelle momento. Vinha do fundo do poço, negro como a noite. Uma cobra subia. O homem fugiu.
 Era a transformação da Moura em cobra, para metter medo ao homem, e desencantar-se ella, se o não conseguisse amedrontrar? Ou era o guarda fiel da Moura, que o pae ou um irmão para alli deixára encantada?
 Ninguem o saberá dizer. O homem atemorizou-se, e fugiu para a estrada.
 Um grito agudo de mulher assassinada cortou o silencio da noite. E o homem ouviu ainda o baque pesado de um corpo na agua do poço. A noite continuou negra, escurissima, sem um soluço de compaixão pela desgraçada tragedia.
*
 Quando acabará o encanto da Moura? Vive a chorar, a pobrezita! Ninguem sabe que encanto é o seu!
*
 O homem correu, fugiu, como se atrás de si fosse continuamente sentindo aquelle grito atroz, que lhe atravessou a alma, e lhe gelou o sangue.
 E todas as noites, á meia noite, um grito de dôr se ergue, sem que ninguem saiba de onde, embora todos digam que do Poço da Moura, e corre pela charneca infinda, causando calefrios aos que pelos casaes estão ainda acordados.
 Dizem que ao homem embranqueceu o cabello naquella noite, e nunca mais elle teve serenidade e sossêgo em vida. Era sempre o grito, na noite escura, atrás delle, que fugia do poço pavoroso. E o arrastar frio e lento de cadeias pode ser ouvido por quem á noite passe ao pé do tanque, altas horas, na estrada de Santa Victoria do Ameixial á velha e branca villa do Cano.

Évora









segunda-feira, 1 de agosto de 2011

Santo Expedito





HODIE

oxalá...

Muhammad ibn ‘Abbad al-Mu’tamid



Eia, Abû Bakr, saúda os meus lares em Silves
e pergunta-lhes se, como penso,
ainda se lembram de mim.
Saúda o Palácio das Varandas
da parte de um donzel
que sente perpétua nostalgia desse alcácer.
Aí moravam guerreiros como leões,
e brancas gazelas
- em que belas selvas, em que belos covis!
À sua sombra, quantas noites passei
com mulheres de quadris opulentos
e de aparência extenuada!
Brancas e morenas
provocavam-me na alma
o efeito das espadas refulgentes
e das lanças escuras!
Quantas noites passei,
deliciado, numa volta do rio,
com uma donzela cuja pulseira
imitava a curva da corrente!
E servia-me vinho do seu olhar,
e o vinho do jarro,
e outras vezes o vinho da sua boca.
Assim passava o tempo!
Feridas pelo plectro,
as cordas do seu alaúde faziam-me estremecer,
e era como se ouvisse a melodia das espadas
nos tendões dos inimigos…
Ao despir o manto descobria o corpo,
florescente ramo de salgueiro,
como o capulho se abre
ao exibir a flor…


Muhammad ibn ‘Abbad al-Mu’tamid